lunes, 3 de abril de 2017

Reflexiones sobre el status ontológico del pensamiento humano

Status ontológico del pensamiento humano
Reflexiones de GG
Paris, 16 de Julio de 2014

Estas reflexiones las hago a partir de mi correspondencia reciente con Luis Razetto sobre la pareja de conceptos “en potencia” y “en acto”, y desde la perspectiva del emergentismo.

Uno de los grandes hitos  del “desarrollo” (llamémoslo así) de la Tierra (Gaia?) es el surgimiento del pensamiento humano. Podría decir simplemente “del pensamiento”, pero ocurre que sólo tenemos evidencia de su existencia en seres humanos que viven en sociedades humanas. 

El PH es como es gracias a (1) el desarrollo evolutivo del cerebro –lo que nos permite sospechar que existen formas de pensamiento pre o para-humanas en otras especies—, (2) a la capacidad de hablar –expresarse, comunicarse--   con lenguaje articulado, y (3) nuestro vivir en sociedad.  En tiempos relativamente recientes el PH se ha potenciado gracias a la invención de tecnologías que permiten su registro independiente de la memoria individual, como ha sido la escritura primero y luego la imprenta. En las últimas décadas la posibilidad de registros electrónicos y los avances en las tecnologías de la comunicación, de Internet en particular, han potenciado tremendamente la posibilidad de conocer el pensamiento de otros y de colectivizar de alguna manera el proceso de pensamiento humano.

En la medida en que se registra en objetos con existencia propia, como pueden ser el obelisco de la Etoile, o un libro o un CD, el PH pareciera independizarse de sus creadores y llegar a tener existencia propia. Así, si ocurriera un cambio climático o una super epidemia que tuviera por consecuencia la desaparición de todos los seres humanos de la Tierra, el obelisco seguiría ahí con sus jeroglíficos egipcios, igual que el libro en la biblioteca desierta y que el CD. Me parece, no obstante, que si bien el portador material del mensaje permanecería, el mensaje mismo carecería de significado al no existir seres humanos que puedan leerlo, escucharlo o decodificarlo.

Por tanto, si bien un pensamiento particular al ser comunicado trasciende al individuo que lo concibe, dicho pensamiento no persiste sin comunidad humana que lo cobije y perpetúe.  Carece, por tanto, de independencia o autonomía ontológica; no existe en sí, sino siempre es para alguien que lo piensa o recuerda. ¿Cuál es entonces su estatus ontológico? Podríamos llamarlo algo así como un epi-fenómeno humano-dependiente.

A partir de la experiencia del PH, ¿qué condiciones deberían darse para que un fenómeno semejante ocurriera en otros seres? Las tres condiciones que  mencioné antes deberían darse: desarrollo del sistema nervioso o equivalente; capacidad de comunicarse entre individuos mediante un lenguaje con significados y capaz de transmitir conceptos abstractos, y sociedad de individuos que interactúan entre sí y acumulan y transmiten colectivamente su pensamiento.  La existencia de un alma espiritual,  capaz de sobrevivir a la muerte corporal y de pensar por sí misma sin el soporte del cerebro no tiene apoyo empírico alguno y podría ser considerada absurda.
Cuando decimos que la conciencia emerge en estadios avanzados de la evolución de la vida en la Tierra, nos referimos a la experiencia yoica


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