Reflexiones sobre el SELF
Por GG, Lo Curro, 28.05.2012
Tuve hoy una intuición sobre
la naturaleza del Self (lo llamaré así).
Pareciera que los problemas
que hay para abordar este tema tienen que ver con las herramientas y métodos de
pensamiento que utilizamos. Sería un problema epistemológico.
Conceptualmente (y en
nuestro hablar cotidiano) separamos al yo de lo que le ocurre. Cuando digo “yo
pienso” asumo que hay un yo distinto del flujo de conciencia que implica estar
pensando. Asumimos que el yo sigue ahí si estoy dormido, si mi conciencia está
en off. Todo cambia si pienso que el yo es mi flujo de conciencia, uno de cuyos
componentes es mi conciencia de identidad como sujeto a través del tiempo. Yo
no soy distinto de mi acontecer.
La permanencia del yo es
básicamente un fenómeno de memoria. Es un saber que soy yo mismo a lo largo del
tiempo, como sistema operante.
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Ginebra, 21 de Abril del
2013.
Conversando hoy sobre este
tema con Eduardo Missoni me referí al “alma” humana y a la posibilidad de
sobrevivencia o reencarnación. Dije: si lo que llamamos alma es básicamente un
flujo de conciencia, consistente –usando la analogía de un computador- como la
combinación de un sistema operativo (programa) y un stock de memorias—podemos
concebir que pueda ser transferida de una persona a otra persona. Igualmente
podría ser copiada, produciendo un clon, con un yo idéntico al original en el
momento de la clonación, y que luego seguiría su propio curso, adquiriendo su
propia identidad, ya que tendría una historia propia y distinta a lo largo de
su nueva existencia.
Volviendo a la analogía, el
cerebro sería el computador, el “hardware”, que contiene un programa o sistema
operativo, formateado en neuronas, así como un stock de memorias, que alimentan
y son alimentadas por el sistema operativo.
En la experiencia cotidiana,
la transferencia de ciertos contenidos de conciencia entre humanos se da
principalmente por la vía del lenguaje. El aprendizaje tradicional en el aula
es un ejemplo. En comunidades religiosas se da con frecuencia la identificación
con el maestro, que contribuye a modelar la personalidad del discípulo; sin
embargo todos estos procesos de “transmisión” son mediatizados por lenguajes
simbólicos, tanto verbales como empático-emocionales. Si la mente y la
conciencia fueran como propongo, debería ser posible, en principio, el “copy
and paste” mediante transmisión de ondas, como en Internet.
Habría que revisar estudios
parapsicológicos para ver si dan cuenta de transferencia directa de contenidos
de conciencia sin mediación de lenguaje.
Creo importante notar que
todo contenido de conciencia, sea este una percepción, una emoción o un
pensamiento, es un producto procesado por la mente, la que tiende a conferirle
unidad y significado.
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